Primeros auxilios y prevención para congelamientos

Los congelamientos son lesiones locales que se generan por causa del frío, las cuales generalmente afectan a zonas como las manos, pies, orejas, etc. Para que se produzca un daño de esta naturaleza no solo es necesario que nos rodee una baja temperatura, sino también la presencia de algunos factores que favorecen estas lesiones.

Hay varios ejemplos de estos factores, donde se destacan la humedad, el viento, cambio brusco de temperatura, altitud, falta de riego sanguíneo (isquemia), hambre, desnutrición, consumo de alcohol y tabaco, falta de movimiento y ejercicio, personas con patologías cardíacas o respiratorias, o edades extremas (niños y adultos mayores).

Primeros auxilios en congelamientos

En primer lugar se debe posicionar cómodamente al accidentado, y en caso que esté consciente darle de beber líquidos calientes y azucarados. Luego se debe recalentar la zona afectada frotando suavemente con las manos, o con agua que vaya aumentando de apoco desde los 10 grados hasta los 37.
Esta última posibilidad se puede llevar a cabo sumergiendo la parte lesionada en agua con una temperatura aproximada de 10 grados, la cual debe ir aumentando progresivamente hasta llegar a los 37 o 38 grados. En caso que se opte por la primera opción, es decir frotando, debe hacerse de manera suave y siempre en dirección al corazón.
Luego se debe secar el lugar congelado para después envolverlo. Posteriormente hay que elevar el miembro para evitar un edema. En caso que la lesión haya ocurrido en el pie no se debe retirar nunca el calzado, ya que primero se deben aplicar los primeros auxilios. Para recalentar la zona no se debe utilizar ningún tipo de calentador ni estufa, al tiempo que se debe trasladar a la persona hasta un centro médico cubierta con mantas.

Prevención de los congelamientos

Para prevenir este tipo de lesiones es fundamental contar con una buena salud, manteniendo una alimentación equilibrada en proteínas, grasas e hidratos de carbono. También es muy importante salir bien abrigados, principalmente en las manos y la cabeza, sobre todo en aquellos lugares muy fríos.
Otro hecho fundamental es mantenerse aislados de la humedad, por lo que se vuelve muy importante cambiarse los calcetines y los guantes cada vez que estos se humedezcan. Mantener una buena circulación también es clave, por lo que se debe evitar utilizar aquellas cosas apretadas que compliquen la misma. Tampoco es bueno abusar del alcohol y el tabaco, ya que eso nos debilita.

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